ASÍS, Martes 31 julio (ZENIT.org).- San Francisco dijo: “¡Hermanos míos, quiero mandarles a todos al paraíso!”. Y nace así la Fiesta del Perdón, que el 1 y 2 de agosto se extiende a todas las iglesias franciscanas del mundo.
La Porciúncula en Asís, la pequeña iglesia dedicada a Santa María de los Ángeles, desde hace unos ocho siglos representa para cada fiel en Cristo una “puerta” para la vida eterna. En 1216 San Francisco tuvo en este significativo lugar una inspiración sobre la propia vocación, vio el inició de la Orden de los Frailes Menores, y recibió hace 800 años a la joven Clara de Asis a la vida consagrada.
Y aquí, en la iglesia que más quería, Francisco le pidió y obtuvo del Señor el mayor de sus dones: el perdón. No solamente para sí mismo pero para todos aquellos que lo hubieran pedido con corazón contrito y arrepentidos de los pecados cometidos.
La aprobación de la Madre Iglesia llegó con el papa Honorio III, permitiendo a Francisco de dar con regocijo el anuncio a todos los fieles reunidos, como está ilustrado en el cuadro del pintor Prete Ilario en el interior de la iglesia de la Porciúncula, con las palabras: “¡Hermanos míos, quiero mandarles a todos al paraíso!”
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Nació así el “Perdón de Asís”, que vio converger hacia la iglesita a una multitud siempre mayor de peregrinos, al punto que sugirió la construcción de una basílica adapta a recibirlos. Hoy es la actual basílica papal de Santa María de los Ángeles, que en su interior guarda como tesoro la pequeña Porciúncula.
En la Porciúncula actualmente es posible obtener diariamente la indulgencia plenaria, para si mismo o para los difuntos. Las condiciones son la confesión sacramental, comunión eucarística, recitación del Credo, del Padre Nuestro y de una oración por las intenciones del Santo Padre. Esta posibilidad está extendida del mediodía del 1 de agosto a todo el 2 de agostos, a todas las iglesias franciscanas esparcidas por el mundo. Y esto para que se pudiera realizar el sueño de San Francisco de Asís, de darle a todos la posibilidad de pasar el umbral del paraíso.