Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad
Todos deseamos acercarnos a esta fuente de agua viva. Todos deseamos beber del Corazón divino, que es fuente de vida y de santidad. En Él nos ha sido dado el Espíritu Santo, que se da constantemente a todos aquellos que con adoración y amor se acercan a Cristo, a su Corazón.
Acercarse a la fuente quiere decir alcanzar el principio. No hay en el mundo creado otro lugar del cual pueda brotar la santidad para la vida humana, fuera de este Corazón, que ha amado tanto. “Ríos de agua viva” han manado de tantos corazones... y ¡manan todavía! De ello dan testimonio los Santos de todos los tiempos. (Papa San Juan Pablo II, Ángelus del 10 de agosto de 1986)
El Señor Jesús nos reveló el amor gratuito y universal del Padre. De su corazón traspasado surgió la fuente de toda gracia y bendición.
Dirijamos con confianza nuestras oraciones al Sacro Corazón de Jesús y digamos:
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oh, Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza para que de tu corazón abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la Iglesia,
-haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno nos amas y nos atraes con misericordia,
-renueva tu alianza con todos los hombres.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Señor nuestro, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad,
-haz que participemos de tu naturaleza divina.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, único maestro, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,
-danos, mediante la Iglesia, el conocimiento de la multiforme sabiduría de Dios.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Hijo de Dios, en quien el Padre se complace,
-enséñanos a escuchar con perseverancia tu palabra.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, hermano nuestro, de cuya plenitud todos hemos recibido,
-concédenos la abundancia de tu gracia y de tu verdad.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, salvador nuestro, fuente de vida y de santidad,
-haz que seamos santos e irreprochables por el amor.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oración
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.