Con este libro, nosotras, Misioneras de la Divina Revelación (MDR), queremos rendir homenaje a tres mujeres que, a la sombra del silencio y de la oración, custodiaron en sus corazones femeninos la importancia y la belleza del mensaje de las Tres Fuentes conscientes que, en los tiempos de Dios, todo habrá florecido y germinado en el maravilloso jardín de la querida y amada Santa Madre Iglesia.
Por primera vez, se presta especial atención en estas páginas a nuestra querida fundadora, la Madre Prisca Mormina, a quien le agradecemos por dejarse inspirar y guiar por el Espíritu Santo, por confiar en la guía de la Santa Madre Iglesia y por haber así permitido que, en el surco trazado por ella, nosotras también,
Misioneras de la Revelación Divina pudiéramos florecer como sus hijas espirituales y como servidoras de la Iglesia.
Por lo tanto, en este libro hablamos de tres mujeres: Luigina Sinapi, Sor Raffaella Somma y Madre Maria Prisca Mormina. Estas tres mujeres que, en un maravilloso tejido de vidas entrelazadas providencialmente, preparan, confirman y dan curso a los hechos milagrosos de las Tres Fuentes. Tres mujeres consagradas, tres mujeres profundamente marianas, tres mujeres intensamente dedicadas a la oración por la santidad del clero que, aunque nunca se conocieron, son de alguna manera almas hermanas, hijas de la «Bella Señora de las Tres Fuentes», de cuya vida María se sirvió para ser reconocida y amada por sus hijos.
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