Queridos amigos, este año 2021, para nosotras Misioneras de la Divina Revelación, marca un momento importante en nuestra historia: se cumplen 20 años de nuestra fundación, de hecho, el 11 de febrero de 2001, el Cardenal Camillo Ruini, entonces Vicario del Santo Padre para la Diócesis de Roma firmó el decreto que nos constituyó como Misioneras de la Divina Revelación. Por supuesto, comparada con la historia centenaria de otras comunidades, la nuestra puede parecer poca cosa, pero aún el Señor en estos 20 años nos ha hecho dar pasos de gigante, que las primeras siete hermanas ni siquiera podrían haber imaginado cuando comenzaron esta hermosa y maravillosa aventura.
Todo nació de la historia de la Virgen de la Revelación y de nuestra querida Madre Prisca que donó toda su vida para dar a conocer esta historia y difundir el amor a los Tres Blancos Amores: La Eucaristía, la Inmaculada Concepción y el Santo Padre, como los llama la Virgen de la Revelación.
Durante cinco años, a partir del 2 de septiembre de 2001, realizamos el servicio litúrgico en el Santuario de la Virgen de la Revelación con gran alegría de nuestra parte, porque la Virgen nos llamó a realizar nuestra misión precisamente en el lugar donde nacimos.
En poco tiempo, entonces, fuimos “catapultadas” a los lugares más centrales e importantes del cristianismo: la Basílica de San Giovanni de Lateran, “Mater et caput” (Madre y cabeza) de todas las Iglesias de Roma y del mundo, la Basílica de San Pedro, los Museos Vaticanos, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, que se ocupa de todas las celebraciones públicas del Santo Padre, sin contar todo el apostolado que se ha abierto ante nosotros, en Roma, en las parroquias y en las familias, en Italia y en el extranjero, en particular en Inglaterra, México, Argentina, Brasil y Texas. ¿Y que decir del don de los Oblatos de la Divina Revelación, laicos que comparten nuestra espiritualidad y que nos ayudan y apoyan en nuestro apostolado? ¡Solo gracias, gracias, gracias!
En este año de nuestro vigésimo aniversario, hemos decidido publicar un artículo cada mes sobre un aspecto particular de nuestro carisma y nuestro apostolado, para compartir con ustedes todo lo que la gracia de Dios nos ha permitido realizar en estos pocos, pero intensos años.
Agradecemos al Señor ya la Virgen de la Revelación por todos los dones que nos han concedido y por la expansión de nuestra misión, fruto de tanta colaboración y comunión entre nosotros y los Oblatos.
Les agradecemos todo el afecto que nos brindan y por las oraciones con las cuales nos acompañan. Que el Señor y la Santísima Virgen les recompensen y les concedan todo según sus necesidades.
Con tanto afecto en el Señor, les saludamos con el saludo de la unidad y de la paz, querido por la Virgen de la Revelación:
Dios nos bendiga
Y la Virgen nos proteja
Sus Misioneras Divina Revelación