Las Misioneras de la divina Revelación sienten también la vocación de la maternidad espiritual hacia los sacerdotes. A través de esta “maternidad” participan en la maternidad universal de la Virgen María, que como Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, es también madre de los sacerdotes de todos los tiempos. Si en la vida natural el niño es concebido, nutrido y cuidado por la madre, esto vale aún más para la vida espiritual: detrás de los sacerdotes hay una madre espiritual que le ha implorado a Dios para ellos la vocación, que los engendra con sufrimientos espirituales y los “nutre” ofreciéndole a Dios todas sus actividades de cada día, para que ellos lleguen a ser sacerdotes santos, sacerdotes fieles a la misma identidad, fieles a los sus propios empeños.
Todos los viernes, las Misioneras de la Divina Revelación, dedícan la jornada de adoración eucaristica, por las intenciones del Santo Padre y por todos los sacerdotes del mundo.
¿Deseas que oremos por ti?
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