Cristo entregando las llaves a Pedro, Perugino
Se trata de una serie de meditaciones mensuales que nos ayudarán a introducirnos aun más en misterio de la vida de Cristo, a raíz de los aconteciemientos que la liturgía nos propone durante el año. Todos los acontecimientos humanos de la historia suceden una vez, después pasan y forman parte del pasado, solamente el Nacimientos de Jesús, la Muerte y la Resurrección, sucedidas “una vez por todas” (Rm 6,10; Eb 7,27; 9,12), no se agontan con el pasar de los siglos, sino que a través de la liturgía se actulizan en la iglesia. Cada Navidad se renueva sacramentalmente el misterio de Jesús, el Hijo de Dios que se hizo hombre, cada Pascua, revivimos su misterio de muerte y resurrección. Los eventos de la vida de Cristo y en modo particular el misterio pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente (Catecismo de la Iglesia Catolica No. 1085).
El año litúrgico es un grande camino de fe que la Iglesia cumple para entrar en el misterio de la vida de Jesucristo. Pero el misterio sucedió “una vez por todas” y sucedió hace 2000 años. ¿como ser tocados hoy?. Nosotros vivimos inmersos en el tiempo y la distancia cronológica nos parece insuperable… ¿Aquello que ya ha sucedido “entonces” como puede ser aquí “ahora”?. El evento cristiano se coloca en el “hoy” de la Liturgía. No es que en la Liturgía exista una especie de “sagrada representación” sobre los misterios de Jesús para mantener vivo el recuerdo.
La Liturgía es una hora que se extiende entre el YA y el TODAVIA NO.
Es una PRESENCIA entre la MEMORIA ya la ESPERA.
El año litúrgico se articula en varias celebraciones distribuidas en el ciclo anual: Cristo es el punto gravitacional universal.