En este mes de Junio en el cual nos preparamos para celebrar la fiesta del Corpus Christi, nos sumergiremos en la explicación de la llamada Disputa del Sacramento (1509). Obra de Rafael Sanzio realizada en La Sala de la Signatura (Stanza della Segnatura), una de las Estancias de Rafael ubicada en los Museos Vaticanos.
Rafael consigió con su sabiduría pictórica y a través de una organización impecable del fresco expresar de forma clara, que la vida de la Iglesia y de cada creyente gira alrededor del centro de nuestra fe: Jesús en el Santísimo Sacramento.
Es inevitable notar cómo la obra se divide en dos partes, una inferior y otra superior, las cuales representan respectivamente, la Iglesia militante y la Iglesia triunfante.
En la sección inferior de la obra sobresale de inmediato, como la iglesia militante se está cuestionando, está discutiendo sobre la naturaleza, sobre el porqué y sobre la profundidad del misterio de la Eucaristía, que como ya se mencionó, el artista sabiamente colocó en el centro de la obra, visto que la Eucaristía es la base principal de la Iglesia. En esta parte de la obra, se encuentran los teólogos, los doctores de la Iglesia, los papas, pero también escritores, filósofos y creyentes.
Esta imagen nos revela todo lo que durante siglos la Iglesia ha profundizado sobre el don incomparable de la Eucaristía, sobre el cual ningún razonamiento humano es digno, porque la Santa Comunión, a diferencia de los otros sacramentos que contienen el don de Dios, ésta contiene a Dios.
La Iglesia siempre se ha alimentado del pan de la Eucaristía, por encargo de nuestro Salvador, a quien no le basto morir por nosotros, sino que quizo seguir viviendo en los sagrarios del mundo para tener acceso, a través de la eucarístia, a los corazones de Sus Hijos y así poder unirse a ellos. En este sentido, San Cirilo de Alejandría, dijo: “Cuando comulgamos, nos unimos a Jesucristo, como dos ceras que se funden.”
También podemos ver cómo se crea un movimiento ascendente que, partiendo desde el brazo de ….. llega hasta la iconografía del Espíritu Santo en forma de paloma. A cada lado se encuentran dos ángeles que sostienen los cuatro Evangelios. Jesús en su vida terrena, obró con palabras y hechos y nos transmitió todo lo que el Padre le habia enseñado.
Pasando a la parte superior del fresco nos detenemos a considerar a la Iglesia Triunfante. En ella se destaca la Santísima Trinidad, la Virgen María, San Juan Bautista, una serie de ángeles, santos y profetas. Es muy clara la línea vertical que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Es importante tener en cuenta que Jesús está representado como el Resucitado. Y es gracias a su resurrección, de hecho, que su cuerpo libre de restricciones de espacio y tiempo, puede estar presente en todas las hostias consagradas de la tierra y así mantener su promesa: “Estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo “(Mt 28).
También se debe tener en cuenta que toda la escena se desarrolla sobre la estructura de una cruz. El brazo vertical empieza con el Padre y llega hasta el Santísimo Sacramento, mientras que el eje horizontal, contiene a los santos. Esto nos sirve casi de memorandum para recordar que la vía de nuestra salvación fue la cruz sobre la cual el Hijo de Dios fue sacrificado.
A través de esta explicación podemos comprender porque el título original de la obra es, precisamente, la Exaltación del Santísimo Sacramento, pero se le conoce comúnmente con el nombre de Disputa – que quiere decir discusión y diálogo sobre la Sagrada Eucaristía
Al final de esta ilustración, y para que el Señor nos dé la gracia de amar más y más este divino Sacramento hacemos nuestras las palabras del himno eucarístico de S. Tomás de Aquino Adoro te devote con motivo de la fiesta del Corpus en 1264.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,
que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria.
Amén