Introducción
Muchas veces hemos escuchado esta história de Bruno Cornacchiola, sin cansarnos nunca. Es una história que envuelve, la mente el corazón y todo nuestro ser, porque de ella transpira el amor infiníto que Dios alimenta en cada una de sus creaturas.
El Señor, es el Buen Pastor, que deja las noventa y nueve ovejas en el redíl, para ir a buscar a la que se le ha perdido (Mt. 18, 12-14) y no esta en paz, hasta que la encuentra. Asi lo hizo con Bruno Cornacchiola, sirviéndose de la mediación de su Madre, la Virgen de la Revelación, y asi ha hecho y sigue haciéndo con cada uno de nosotros llamándonos a la conversión.
De hecho cada vez que la Virgen aparece, no lo hace solo para convertir al vidente, si no, para dejar un mensaje a toda la humanidad, cada hombre es su hijo y Ella, como nuestra Madre, nos cuida en nuestro peregrinar por el mundo, nos conduce amorosamente, en medio de los peligros, hasta llegar a la “Patria Celestial”.
La gloria que nosotros provamos escuchando esta história, queremos compartirla con ustedes que leen, con el fin que el mensaje que la Virgen María nos ha dejado, pueda acercar a tantos corazones lejános de Dios y de Su Iglesia.
Las Misioneras de la Divina Revelacion