El 8 de septiembre Sor M. Benedetta ha profesado su amor por siempre al Señor con los votos perpetuos. Sor M. Benedetta ha entrado en Comunidad muy joven, cuando aún no había terminado su madurez.
Ha seguido el curso formativo que comprendió la formación espiritual, humana, comunitaria, completando también la carrera. Todo con alegre generosidad también en la fatiga de la realidad de la nueva vida aceptada con amor. Desde la primera pregunta que nuestra Regla de Vida propone: “¿Qué has venido a buscar?” siempre ha respondido durante el camino, con fidelidad y consistencia “¡Vine a buscar a Dios!” Y la grandeza y la belleza de esta donación la podemos resumir con la frase de conclusión de la profesión perpetua: “Soy Esposa de Él a quien sirven los ángeles y cuya belleza el sol y la luna contemplan admirados”.