Para hablar de la vocación en la vida de cada uno de nosotros, es necesario saber que todo proviene del amor de Dios que elige poner su mirada en tí y, como dice la Sagrada Escritura, “mirándolo, lo amó”. Dios elige dónde mirar, no es nunca una mirada casual la de Dios, pero es tu mirada porque son tus ojos que quiere para amarlo, son tus labios para pronunciar el: “Yo también te amo”, y es tu corazón que quiere para hacer grandes cosas. Es una mirada que, sin embargo, se vuelve cada vez más insistente y en el corazón, en tanto, te sientes cada vez más atraído por el amor con el cual el Señor te mira, te enamoras poco a poco de quien comienza no solo a mirarte, sino a susurrarte algo en el corazón .
Comienzas a preguntarte, a este punto, qué te está diciendo, y sucede un poco así como cuando, después de q te das cuenta de que un chico te mira constantemente, te acercas y le dices: “¿Qué quieres?” Sucede como cuando te enamoras: no sabes cómo, pero sucedió. Ya sabes que aquella mirada de amor, aquellas palabras para ti comenzaron a tomar forma, entiendes que te está comenzando a decir cómo puedes amar ser tú misma. La vocación en el fondo no es más que esto: se quién eres realmente. ¿Cómo? Lo sabrás. ¿Cuándo? Lo descubrirás con el tiempo. ¿Por qué tú? Esto es un misterio de amor… pero no estás equivocado, solo busca en tí.