Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor
El Corazón de Jesús es "horno ardiente de caridad", porque el amor posee algo de la naturaleza del fuego, que arde y quema para iluminar y calentar. Al mismo tiempo, en el sacrificio del Calvario el corazón del Redentor no fue aniquilado con el fuego del sufrimiento. Aunque humanamente muerto, como constató el centurión romano traspasando con la lanza el costado de Cristo, en la economía divina de la salvación este Corazón quedó vivo, como manifestó la resurrección.
Y he aquí que el Corazón vivo del Redentor resucitado y glorificado está "lleno de bondad y de amor": infinita y sobreabundantemente lleno. El rebosar del corazón humano alcanza en Cristo la medida divina. (Papa San Juan Pablo II, Ángelus del 21 de julio de 1985)
El Señor Jesús nos reveló el amor gratuito y universal del Padre. De su corazón traspasado surgió la fuente de toda gracia y bendición.
Dirijamos con confianza nuestras oraciones al Sacro Corazón de Jesús y digamos:
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oh, Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza para que de tu corazón abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la Iglesia,
-haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno nos amas y nos atraes con misericordia,
-renueva tu alianza con todos los hombres.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Señor nuestro, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad,
-haz que participemos de tu naturaleza divina.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, único maestro, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,
-danos, mediante la Iglesia, el conocimiento de la multiforme sabiduría de Dios.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Hijo de Dios, en quien el Padre se complace,
-enséñanos a escuchar con perseverancia tu palabra.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, hermano nuestro, de cuya plenitud todos hemos recibido,
-concédenos la abundancia de tu gracia y de tu verdad.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, salvador nuestro, fuente de vida y de santidad,
-haz que seamos santos e irreprochables por el amor.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oración
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.