Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones
En este mundo Cristo es rey de los corazones. Nunca quiso ser soberano temporal, ni siquiera sobre el trono de David. Sólo deseó ese reino que no es de este mundo y que, al mismo tiempo, en este mundo se arraiga por medio de la verdad en los corazones humanos: en el hombre interior.
Por este reino anunció el Evangelio e hizo grandes signos. Por este reino, el reino de los hijos y de las hijas adoptivos de Dios, dio su vida en la cruz. (Papa San Juan Pablo II, Ángelus del 25 de agosto de 1985)
El Señor Jesús nos reveló el amor gratuito y universal del Padre. De su corazón traspasado surgió la fuente de toda gracia y bendición.
Dirijamos con confianza nuestras oraciones al Sacro Corazón de Jesús y digamos:
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oh, Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza para que de tu corazón abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la Iglesia,
-haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno nos amas y nos atraes con misericordia,
-renueva tu alianza con todos los hombres.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Señor nuestro, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad,
-haz que participemos de tu naturaleza divina.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, único maestro, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,
-danos, mediante la Iglesia, el conocimiento de la multiforme sabiduría de Dios.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, Hijo de Dios, en quien el Padre se complace,
-enséñanos a escuchar con perseverancia tu palabra.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, hermano nuestro, de cuya plenitud todos hemos recibido,
-concédenos la abundancia de tu gracia y de tu verdad.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Jesús, salvador nuestro, fuente de vida y de santidad,
-haz que seamos santos e irreprochables por el amor.
Gloria al Padre.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo
Oración
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.